Spiritual Knowledge of the World

Secular Science by itself leads to illusion. The Gospel by itself leads to hallucination. The middle way between illusion and hallucination is found by grasping reality through Spirit. Mankind must above all seek Universality and the courage to look at things from all sides.

Wednesday 21 December 2011

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"¿POR QUÉ TE CALLAS AHORA?" LE PREGUNTA UN CORONEL DEL EJÉRCITO AL REY

"¿POR QUÉ TE CALLAS AHORA?" LE PREGUNTA UN CORONEL DEL EJÉRCITO AL REY

Por Amadeo Martinez Inglés, coronel del ejército español

Recordando la famosísima frase que le dirigiera el monarca español al Presidente venezolano Hugo Chávez, "¿Por qué no te callas?", el coronel del ejército español, Martinez Inglés, se la devuelve ahora al monarca en relación con el affair de presunta estafa multimillonaria protagonizada por su yerno Iñaki Urdangarin.

 

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Amadeo Martinez Inglés, coronel del Ejército español

  Sí, sí, regio suegro del atlético Urdanga; divino monarca enviado por el Espíritu Santo a este bendito país para velar por la democracia, la felicidad, la salud y el bienestar de sus sufridos ciudadanos; rey sin par que crees provenir del testículo derecho del emperador Carlomagno cuando en realidad lo haces de la pérfida bocamanga del genocida Franco.

          Sí, tú,  último representante en España de la banda de borrachos, puteros, idiotas, descerebrados, cabrones, ninfómanas, vagos y maleantes que a lo largo de los siglos han conformado la foránea estirpe real borbónica culpable del atraso, la ignorancia, la degradación, la pobreza, el odio y la miseria generalizada de centenares de generaciones de españoles; presunto (estamos en un Estado de derecho aunque no lo parezca) malversador de fondos públicos para pagar francachelas sexuales; corrupto máximo en un país donde, desgraciadamente, la corrupción se mama desde la cuna; impune muñidor de una descomunal fortuna personal que nadie en este país sabe de donde ha salido; vil autogolpista castrense en aquél recordado 23-F que organizaste in extremis para salvaguardar tu detestable corona franquista; fratricida confeso (o presunto asesino) en tu juventud; reo de un delito de alta traición a la nación española al pactar en 1975 con el Departamento de Estado norteamericano, ostentando interinamente la Jefatura del Estado español por enfermedad del dictador Franco, la entrega vergonzante a Marruecos de la totalidad de la antigua provincia española del Sahara Occidental (territorio bajo administración española, según la ONU) en evitación egoísta de una guerra con ese país que hubiera puesto en peligro tu tambaleante corona; corresponsable, en consecuencia, del espantoso genocidio posterior (más de tres mil víctimas) cometido por el rey alauí, Hassan II, para dominar el inmenso territorio abandonado por España... tú que mandas callar a voz en grito a jefes de Estado extranjeros.

 

         ¿Por qué callas ahora? ¿Por qué no hablas, y cuanto antes, a los españoles? Primero ¡faltaría más! de las andanzas presuntamente delictivas (los jueces hablarán próximamente) de tu deportivo yerno, ese caradura integral que se ha valido de su matrimonio (con el, seguramente, también delictivo consenso de su gentil esposa) y de la impunidad casi absoluta de que ha gozado hasta ahora la llamada familia real española, para apropiarse de millones de euros del erario público. Con la gentil colaboración de políticos y altos cargos de las derrochadoras y detestables administraciones públicas de este país (central y autonómicas).


         Y en segundo lugar, supremo líder de la ya amortizada monarquía franquista del 18 de julio, y ya va siendo hora, háblanos de todas las irregularidades y presuntos delitos cometidos por tu regia persona, algunos de los cuales acabo de señalar y que este humilde mortal (o plebeyo, como quieras) ha denunciado repetidas veces en los últimos años ante las Cortes Españolas, única institución que puede entender de los mismos en base a la absoluta impunidad constitucional de la que gozas gracias a tu amado generalísimo, el tercer dictador más sanguinario de la historia europea después de Hitler y Stalin. Presuntos delitos de los que más tarde o más temprano tendrás que responder ante el pueblo español y que, no te quepa la menor duda, ocuparán algún día páginas y páginas en la triste historia de este país de la modélica transición y gaitas parecidas.

                  Porque, amigo monarca, ya conoces los populares dichos: "A todo cerdo le llega su San Martín" y "El tiempo coloca a cada uno en su lugar". Y a ti, y a toda tu familia y parentela más o menos cercana de enchufados, vagos y maleantes de toda laya, parece ser que está a punto de llegaros esa suculenta y tradicional onomástica de ancestral raíz gastronómica a la vez que el justiciero "devenir temporal de la historia" os arrincona sádicamente contra vuestro propio latrocinio y contra vuestra y escandalosa corrupción; decidido a bajaros a todos a las negras profundidades del infierno político y social.

 

          El largo tiempo del vino (Vega Sicilia, naturalmente) y las rosas de palacios y lujosas residencias veraniegas (más de siete lustros), gastándoos a espuertas el escaso dinero de los amados y tontorrones súbditos, toca a su fin. Y todos, absolutamente todos los componentes de esa tu despreciable familia real, tendréis que comparecer algún día ante la justicia; unos, como el atlético y descerebrado deportista de elite que creyó que le había tocado la bonoloto cuando la infantita de marras le eligió como dulce esposo de su particular cuento de hadas, muy pronto, porque las pruebas son irrefutables y porque, aunque torpe y lenta, la bella diosa ciega celtibérica de la balanza de oro, no podrá esta vez mirar para otro lado y tendrá que castigar como se merece tanto derroche, tanto latrocinio y tanta vagancia familiar e institucional; otros, como las infantitas borbónicas casadas o separadas temporalmente de sus parejas, que se dejan querer cobrando espectaculares sueldos millonarios de grandes empresas españolas y multinacionales y que, con tribunales o sin ellos, pronto tendrán que renunciar a tanta bicoca; y tú, todavía rey franquista de todos los españoles, aún protegido como estás por la larga mano del dictador y por la nefasta herencia constitucional de unos cuantos pelotas de intramuros del régimen (padres de la patria, qué risa) que parieron una Carta Magna a tu medida haciéndote divino e inviolable... no te confíes demasiado que el horno no está para bollos y muy pronto pintarán bastos en las calles y avenidas de muchas ciudades españolas.


         ¡Deja ya de hacerte el muerto! ¡Deja ya de emplear medios del Estado (aviones militares y demás) para acudir a grandes premios de Fórmula I o torneos internacionales de tenis a la par que eludes con total desvergüenza las escasas y ridículas obligaciones de tu medieval cargo...y habla! Cuéntanos a los españoles si conocías o no las presuntamente delictivas andanzas de tu todavía yerno, el Urdanga ése, y por qué te hiciste el sueco si, como es de cajón, las conocías. Y, también, nos pones al corriente de a cuanto asciende a día de hoy tu amañada fortunita, de como se desarrollaron (sin entrar en detalles morbosos, desde luego) tus pícaras alegrías amatorias con cargo a los fondos reservados del Estado español, de como transcurrió el tortuoso día (23-F del 81) en el que salvaste a todos los españoles... y de todas las demás guarrerías personales y familiares cometidas en tu ya largo reinado. Así los españoles nos iremos enterando de todo ello sin tener que acudir a Internet y los jueces y los diputados electos del Partido Popular del hoy "muy asustado y mudo Rajoy" podrán ir tomando nota. Para cuando haga falta, naturalmente... 

(De Kaosenlared)

 

VÍDEO DE DENUNCIA DEL CORONEL MARTÍNEZ INGLÉS SOBRE LA ENTREGA DEL SÁHARA A MARRUECOS Y LA PARTICIPACIÓN DEL REY EN AQUELLOS HISTÓRICOS ACONTECIMIENTOS

 

 

 

BEBITO OSO POLAR....CUIDEMOS A LOS ANIMALES

Friday 16 December 2011

La Historia De Nick Vujicic

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Thursday 15 December 2011

Hablemos del Rey: lo que nadie cuenta del caso Urdangarín

S. McCoy   15/12/2011 06:00h

Hay en España una confusión generalizada entre los derechos adquiridos por la Corona por mor de su papel en el proceso de transición democrática y sus obligaciones frente a unos ciudadanos que, en definitiva, son los que sostienen económicamente la institución con sus impuestos. Hasta ahora el reconocimiento popular ha ido acompañado de un extraño velo de silencio sobre las vida ordinaria y las finanzas de la familia real. El hecho de que tal opacidad se tenga que quebrar más de 30 años después por la aparición de un yerno presuntamente trincón, o “no ejemplar” en términos estrictamente monárquicos, “manda huevos” que diría el ínclito Trillo.

Hay que entender tal complacencia ciudadana en el recuerdo del 23-F y en la bonanza económica que ha acompañado a España en los últimos años. Nunca más. Nuestro sistema político está más que consolidado y el crecimiento de los miembros de la realeza puede devenir, si no lo ha hecho ya, en un proceso de degradación a los ojos de la opinión pública similar al de otras naciones de más extensa tradición real. Acotar, por línea directa y colateral, la pertenencia oficial a la Casa, euros incluidos, se trata de una decisión oportuna y acertada. Indispensable a todas luces.

Más. Vienen, en palabras del propio Rey Juan Carlos, “tiempos muy duros”. La doble dimensión del previsible ajuste presupuestario -recorte de gasto superfluo, por un lado, y eficiencia y transparencia en la gestión del indispensable, por otro- debería tener su reflejo igualmente en Zarzuela. La anunciada auditoría de las cuentas de palacio es también una iniciativa en la dirección adecuada, si bien está por ver la extensión y profundidad de la misma. Es hora de que las cosas se hagan bien. Deberíamos exigir colectivamente que así fuera por el bien de la institución e, incluso, de la democracia en estos momentos de especial dificultad.

De aquellos barros vienen estos lodos

Hechas estas reflexiones sobre el absurdo antes y el deseable después del Caso Urdangarín en la Monarquía Española, merece la pena reflexionar sobre cómo se llega a esta situación. A primera vista resulta, cuando menos, sorprendente el aparente desconocimiento del Jefe del Estado sobre la actividad de su hijo político, tu quoque, Brute. Saber que tu subsistencia depende del apoyo popular debería haber conducido a una vigilancia obsesiva de cualesquiera riesgos que puedan poner en peligro el papel que ejerces, sea a través de los servicios secretos del Estado o del uso de medios privados a tal fin. Aparentemente, no ha sido así, al menos en el caso que nos ocupa. ¿Seguro?

Igual que la Casa Real se empeñó en ocultar el pasado, público y notorio por su condición periodística, de Leticia Ortiz, o de atajar la rumorología varía que nació a raíz del ictus sufrido por Jaime de Marichalar, pasó por encima de la intensa, y potencialmente delictiva, labor institucional del marido de la Infanta Cristina. Raro. Era metafísicamente imposible que no recibiera referencias a diestro y siniestro dada su convivencia estival con el todo Mallorca, uno de los orígenes del escándalo, y su trato con muchas de las empresas que pagaron los servicios al ex deportista de elite. Resulta sospechoso que solo actuara cuando el foco, parlamentario primero y de los medios después, se encendiera sobre el asunto.

Lo cual da que pensar. Como también el hecho de que el propio Urdangarín se haya sentido “indignado” por el tratamiento recibido. Hay que recordar que la indignación es una reacción contra y usada, en el ámbito 15-M del vocablo, por quienes se sienten represaliados en sus derechos o statu quo adquiridos. Bien. La interpretación más aventurada, piensa mal y acertarás, que se puede hacer a tal reacción del yernísimo es que no ha hecho nada que no fuera “habitual” o “corriente” en su círculo de convivencia. De ahí la falta de pudor al meter su esposa y al secretario personal de ésta en el fregao, ambos con línea más que directa con papaíto. Tal desfachatez asusta. Y la indiferencia del monarca hasta que salta la liebre, también. ¿Entonces?

Leyendas urbanas que hay que desmontar

Con el paso del tiempo ha entrado en la categoría de leyenda urbana el papel de intermediación jugado por don Juan Carlos en operaciones comerciales, primero con Oriente Medio y más recientemente con las Repúblicas Caucásicas, donde goza de un reconocimiento popular sin parangón, superior incluso al de algunas regiones españolas. Presencia silenciosa pero constante. Una actividad institucional propia, por otra parte, de su cargo y, por tanto, de carácter intrínsecamente gratuito. Al menos, así tendría que ser. Si por razones propias de la condición humana, miedo obsoleto a un nuevo destierro o pura codicia personal, ha puesto precio a esa llave empresarial, aparte de suponer una conducta inaceptable, queda automáticamente deslegitimado para cualquier objeción a comportamientos similares de terceros de su entorno. No debe ser así, ¿no?, porque lo ha hecho.

En efecto, ambas partes se han apresurado a poner un cortafuegos que evite que salgan chamuscados de esta historia. Excusatio non petita, accusatio manifiesta es aforismo generalizado en derecho. ¿Era necesario que el balonmanista desvinculara a la Casa Real de su actividad?, ¿por qué? Por otra parte, la exclusión familiar de Urdangarín antes incluso de que exista una sentencia firme sobre sus actividades no deja de ser un hecho sorprendente. El juicio sumarísimo del Rey, basado en no se sabe qué información propia, pone al yerno a los pies de los caballos judiciales y solo se puede entender desde el miedo a su impacto a la institución o… a su persona, de forma directa en el caso que nos ocupa o escalada, revelación de prácticas corrientes de Su Alteza. Un alejamiento, por cierto, que llega tarde. Esta vela ya no se puede ocultar debajo del celemín. Se ha abierto, afortunadamente, la caja de estos truenos.

Toda crisis es una oportunidad. La actual ha puesto de manifiesto los excesos de una España narcotizada por su ilusorio sueño de riqueza. El despertar está siendo brutal. La casa patria estaba construida sobre pilares de barro. Es hora de tirar abajo buena parte de su estructura y levantarla de nuevo de acuerdo con la realidad económica y social del país. Todo es susceptible de ser cuestionado. Incluido ese elemento aglutinador que ha sido durante mucho tiempo la Corona, alejada ahora del querer de las nuevas generaciones para preocupación del heredero. Como el resto de los poderes del joven estado democrático español, ha de decidir qué quiere ser de mayor ahora que sus miembros crecen y su actividad se cuestiona. Porque está en juego su futuro, debe limpiar, de ser necesario, su pasado. Si no, su condena social es inevitable. Se equivocan los palmeros reales: es hora de derribar muros de transparencia, no de apuntalarlos. Ahí queda.

Explotar es ser Explotado